Comprando slips/ J'achète des slips

 Es una historia que he contado hace mucho al inicio de este blog. Y es una historia real.. Yo uso briefs, o minislips, y compraba siempre en la misma tienda, que se dedica sólo a eso, en el centro de París.







 . El vendedor era un chico joven , de unos treinta años, Se le notaban pectorales y bíceps a través de la camiseta. Cuando le pedía algún tipo de slips y parecía que dudaba, yo le enseñaba el tipo de slip, bajándome un poco el pantalón. Mi marca preferida Olaf Benz.   Yo ya sé que la ropa interior no se puede probar, pero quería hacerlo y quedarme desnudo delante de él. Una tarde, entré una hora antes de cerrar y estaba recogiendo  unas prendas. Le pedí una serie de slips y él además me sacó uno que pensaba que me estaría bien, y era un poco caro. 

Yo dije que era un poco arriesgado, llevarme un slip tan caro, sin probármelo antes, y lo mismo me pasaba con otros que había escogido. Él me recordó que no podía probármelos. Yo insistí, si hubiera forma de hacerlo. 

Y ya se le ocurrió con una especie de braga pañal. Me lo dio y se iba a ir, pero yo le pedí que se quedara y me dijera como me quedaba. Me desnudé totalmente delante de él, dejando que viera mi polla que estaba bastante grande, 





Me puse el slip y él vino a ajustármelo. Me lo subió bien, por detrás y por los lados y yo le dije, que me quedaba muy bien. 

Cómo era casi la hora de cerrar y estábamos en el sótano. Subió a cerrar la puerta y volvió a bajar. Ya le dije, que me iba a probar los demás. 

Me volví a quedar denudo delante de él y me puse otro slip. Le dije que no me gustaba y me aclaró que había que colocarse bien la polla. Puedo? me dijo. Claro, le contesté y cogiéndomela con cuidado, me la colocó bien.  

No me gusta como queda, y me lo quité. 

Me dio otro, pruébate éste. Me lo empecé a poner y me dijo, espera, tienes que hacerlo los dos pies a la vez y verás. Me lo empezó a poner y cuando estaba mi polla a la altura de su boca,, la mordió y empezó a comérsela. Yo que estaba ya excitadísimo, empecé acariciándole la cabeza y quitándole la camiseta. Y el siguió hasta que me corrí en su boca.


Enseguida, se sentó sobre mí y seguimos


Luego cambiamos de lugar

Me llevé casi todos los slips que había escogido, pero fue una tarde, que nunca olvidaré. 

Éste año, cuando fui a París, pasé a saludarle, pero me encontré con que la tienda ya no estaba. una pena.

A ver si se puede hacer en Madrid.

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