Unos días de descanso bien ganados

 No sé si fue por lo del árabe, pero mi jefe me dio cinco días de vacaciones. Mi mujer buscó un resort nudista a todo lujo, para hacer un viaje como nunca lo habíamos hecho. No hay nada como tener dinero.

El hotel era con bungalows independientes, frente a la playa y luego había una zona de piscina, con tumbonas. dónde había un camarero pendiente de que no se te acabara la bebida. Y allí estábamos. Desnudos y casi solos. Mi mujer estaba tan tranquila allí. cuando apareció Adán, el camarero, a ver si queríamos algo. Le pedimos una bebida de frutas, y seguimos hablando, tomando el sol, bañándonos...volvió el camarero, a ver si nos había gustado la bebida y nos trajo más. 

A mí se me ocurrió preguntarle, como en un hotel nudista, los camareros iban vestidos, me comentó que a su jefe no le gustaba, pues podía producir problemas con los clientes. Qué solo nos deja ir en pantalones cortos. 

Pues yo encuentro injusto que tú nos veas desnudos y nosotros a ti, no.

Y...por las piernas que tienes se ve que haces gimnasio. 

Si, me gusta estar tonificado, pero si es por eso...aunque no me veas desnudo, te doy una prueba, y se quitó los botones y se abrió la camisa.

Tenía una musculatura magnífica. Nos dio las gracias y se fue al chiringuito.

Mi mujer, se quedó muy callada, así que, le pregunté que pensaba. Ella, empezó a hablar, ya que hemos venido aquí a hacer algo que no habíamos hecho nunca y es estar desnudos en un hotel... porque no seguimos haciendo algo nuevo? 

No te entiendo, le dije.

Por que no le decimos a Adán que venga a nuestro bungalow cuando acabe, para estar desnudos los tres? Tú has visto como te mira? 

Pero mujer...

Y una cosa más, te atreverías a hacer un trío con él?

Tú estás loca. 

Un poco sí. Pero está tan bueno, que...Serías capaz de compartirme con otro hombre?. Anda anímate.-

Con la charla, habíamos acabado la bebida. Así que Adam, volvió a aparecer a rellenarnos los vasos.

Y entonces, el primer paso, lo dio él. 

A lo mejor os parece atrevido lo que os voy a decir, si es así, me lo decís y no pasa nada. Cómo habéis mostrado tanto interés por mi cuerpo, si queréis, cuando acabe mi jornada, me paso un ratito por vuestro bungalow. ¿Qué os parece?

A mi mujer le faltó tiempo para contestar. Y le dijo, que precisamente, se lo íbamos a proponer nosotros.

El día pasó rápidamente. Sobre las cinco y media llegó Adam a nuestro bungalow. Nosotros estábamos desnudos, y él empezó a quitarse la camisa. Mi mujer estaba encantada con su musculatura. Y después se quitó el pantalón, no llevaba nada más. Tenía una polla bastante grande, parecida a la mía. 

Le adivinó a mi mujer y le dijo que si quería tocar que podía hacerlo. Nos sentamos en el sofá, Adam en medio de los dos. Mi mujer empezó por tocarle los pectorales, y él, con la mano derecha, empezó a acariciarla a ella y con la izquierda, se agarró a mi polla. Yo también le agarré la suya. 





Y desde aquí la cosa se desmadró, mi mujer solo tenía boca y manos para Adam y él luchaba por hacerme algo a mí, besarme, chupármela, hasta que Adam, la volteó y se la folló por detrás, mientras me besaba y masturbaba a mí. 

Una vez que acabamos, se vistió y se marchó.

Satisfecha?, le dije.

Está buenísimo, el chico. Pero vosotros también habéis aprovechado. 

Tú lo que querías era follarte al camarero, porque a mí ni caso. 

A ti te tengo todos los días. 

Era verdad, pero creo que nuestro matrimonio, va a durar muy poquito más.-

Acababa de darme cuenta, que me apetecía más Adam o el hijo de mi jefe.-


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