Qué difícil es dar algunos pasos. La actitud egoísta de mi mujer respecto a tener más dinero de la forma que sea, aunque eso supusiese ser manoseado por varios babosos, y casi violado, me fue restando puntos a su favor y para terminar, su apetito sexual con otros hombres, a la vez, me fueron quitando las ganas de estar con ella. Por otra parte, haber conocido a Marc, el hijo de mi jefe, me llenaba del todo, así que, cuando llegamos del viaje, le dije a mi mujer que me iba a dormir a otra habitación. No lo comprendió e incluso me culpó a mi de todo. Ya estaba cansado y no quería discutir, así que le dije que lo mejor era separarnos.
Quedó ahí la cosa, ya veremos. Cuando estaba en mi habitación, me desnudé, me eché encima de la cama desnudo, y le hice una videoconferencia a Marc. Siempre tan cariñoso conmigo, y me vio, me pidió que le enseñara bien mi cuerpo desnudo, él también lo estaba. Me pidió que fuera el día siguiente que era sábado. Me dijo que me había echado de menos. Yo le conté lo de Adam, y lo que había pasado con mi mujer. Me dijo que no se alegraba por mi, pero estaba contento de estar conmigo.
Nos despedimos. Casi no pude dormir de la ansiedad de volver a estar con él. Ni que fuera un adolescente. A la mañana siguiente, me puse una ropa ligera, sin slip, y me fui a su casa. Estaba solo, su padre, no estaba. Salió a recibirme, y me dio un fuerte abrazo, su mano derecha entró por mi espalda, recorriéndola y su mano izquierda, recorrió mis nalgas, hasta mi polla. Me dio un beso suave pero fuerte, me dijo que necesitaba este abrazo. Pasó a quitarme la sudadera y bajarme el pantalón.
Tenía ardiendo los labios, Su boca se paró en mis orejas, en mis labios, en la nuca, el pecho, el vientre y por fin mi polla, que le esperaba erecta.
Sus manos me acariciaban por todas partes.
Me dejé querer al principio, pero pronto tomé la iniciativa, me puse tras de él y empecé a acariciarle y masturbarle sin piedad, mientras le besaba y le lamía por todo el cuerpo, volvió la cabeza buscando mi boca, para besarnos sin prisa.
Como podía ser esto. Con él, me encontraba totalmente feliz. Se embadurnó la mano de gel y comenzó a trabajar mi culo, sabía que era lo que más me costaba, pero lo hacía con cuidado, para hacerme el mínimo daño posible.
Después de todo esto, seguimos en la cama, para terminar más tarde, por darnos un baño en la piscina.






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