Esta mañana llegaba un poco más pronto a la oficina. Según entré la Secretaria me dijo que no me quitara la cazadora y pasara con mi portátil al despacho del Director. Y así lo hice. Me hizo sentar frente a él y enseguida empezó a mandarme cosas pues había surgido un problema en una empresa. Después de 4 horas de intenso trabajo, avisó a la cafetería que nos subieran unos cafés y unos bollos para reponernos.
Cuando el camarero salió, supe que empezaría conmigo. Me dolía la cabeza, y él lo notó y dijo, que con un masaje a lo mejor, se me pasaba.
Se acercó a mi por detrás, me quitó la corbata y la chaqueta y empezó a desabrocharme los botones de la camisa uno por uno. Yo no llevo camiseta. Noté sus manos frías en las sienes y sus labios calientes en el cuello, y en las orejas, más tarde acariciaba mis brazos y mi pecho llegando con las manos hasta la cintura, me hizo poner de pie. Me abrió el pantalón y la cremallera hasta abajo y me dijo que me lo sujetara junto al slip, para que no se me cayera.
Pensé que no iba a ir más allá, pero me equivoqué. Metió sus manos por dentro de mi slip, hasta que encontró mi polla. Y mientras me acariciaba con la mano derecha, me tocaba el pecho y el torso con la izquierda.
Mi polla crecía en sus manos y yo cerraba los ojos. Él se puso delante de mí arrodillado y siguió acariciándome a dos manos, pero me bajó los pantalones y dejó mi sexo a la vista.
¡Estás circuncidado!. dijo. Y empezó a lamerme con la lengua, suavemente, el glande. Ahora, me acariciaba los huevos, el torso y me comía la polla. Casi el completo.
Sentía su boca caliente y me excitaba sobremanera. No paraba de acariciarme. Yo no sabía si siempre sería así o también se desnudaría él y me haría que se la comiera, preferí no pensarlo. Me dejó totalmente desnudo.
Me dio unos pañuelos de papel, por si te corres, me dijo. Quería llegar al final. Siguió y siguió, hasta que estaba a punto, y me dijo que quería ver como me corría.
Y llegó lo que no quería que llegara.
Se desabrochó la camisa y me pidió que le acariciara. y que le bajara el bóxer, tenía una polla más bien pequeña. Me pidió que se la tocara. Menos mal que no pidió más.
Me dijo que no me llamaba para que yo se lo hiciera a él. Que prefería hacérmelo a mí. Pero que tenía algunos clientes que les gustaba que se lo hicieran también. Me asustó. Y me dijo que cuando eso pasara me daría 500 € más. Ya sabía lo que diría mi mujer cuando se lo dijera.
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