A F. nunca le había pasado algo así. Tenía 40 años y llevaba diez dando clase en el mismo Instituto de un barrio periférico de Madrid. Cuando terminaba su clase, subía al despacho que tenía en el último piso, para preparar cosas, corregir exámenes, tomar un café o simplemente descansar un poco. Si algún alumno quería hablar algo con él, sabía que podía subir allí, fuera de las horas de clase, por supuesto.
Ese día, estaba leyendo unos temas, cuando llamaron a la puerta. Era Quico, uno de esos alumnos de 18 años, ultrarepetidor de curso y que no se sabía muy bien para que iba al Instituto, ya que lo suyo no era estudiar, sino pasárselo bien. No sabía si es que sus padres estaban más tranquilos con que viniera al instituto, porque el chico venía, no se iba al parque, ni nada así.
-- Puedo pasar, profe.
-- Pasa.
Según entró, cerró la puerta con cerrojo.
-- ¿Porqué cierras?.
-- Quiero tratar algo con Vd, que es personal. Si algo de mi comportamiento le molesta, hace que Vd lo repercuta en mis calificaciones?.
--Qué calificaciones?, le contestó el profesor un poco sarcástico. Si tú vienes de vacaciones...
-- Ya , profe, ya sabe que no me gusta estudiar mucho.
-- Ni mucho, ni nada. Pero no, tranquilo, tus actitudes personales, no repercuten en tus notas.
Quico, siempre venía en chandal al Centro. En esta ocasión llevaba un chandal, con pantalón gris y sudadera con cremallera, también gris.
-- Verá profe, hace mucho tiempo que le observo en la clase y me gustaría saber su opinión de algo.
-- Dime.
Y sin dar tiempo a nada, se quitó la sudadera y se bajó los pantalones, quedándose totalmente desnudo, delante del profesor.
-- ¡ Quico!, ¿Qué haces?
-- Quería saber su opinión.
-- Anda vístete, no sea que venga alguien...
-- Por eso he cerrado. ¿Qué le parezco?
Tenía una complexión normal, le sexo lo llevaba rasurado y su polla, pues estaba un poco levantada, se conoce que le excitaba la situación. Se puso más cerca del profesor.
-- Cójame la polla...
-- Creo que estás un poco confuso, no te voy a tocar nada...
-- Soy mayor de edad y usted lo sabe. Y nada de lo que pase aquí, va a salir de mi. Por favor, tóqueme.
Y se acercó más. Y tirando de su mano, le hizo tocársela. Aunque el profesor, la retiró inmediatamente.
En ese momento, el chico, puso la otra mano, en el bulto del pantalón del profesor.
--¿Qué haces? ¿Estás loco?
-- Yo estoy desnudo delante de Vd, quiero tocar su polla. No voy a decir nada, esto solo es cosa mía.
Y le desabrochó el pantalón, le bajó la bragueta. Llevaba el profesor, un minislip rojo, y el chico empezó a pasarle la lengua por el bulto. Instantes después fue la mano la que le sacó la polla del slip y se la metió en la boca.
-- Bueno Quico, ya está bien. Yo estoy casado y...
-- Vale, perdone si le he molestado.
-- No me has molestado, pero esto no lo podemos hacer, y menos aquí.
Pero..¿qué le parece mi cuerpo?.
-- Pues ...bien, estás bien. Eres un chico delgado, y con una buena polla. Eso es todo. Pero por favor, no hables de esto...
-- Le juro que no se lo contaré a nadie. Es cosa mía solo.
Todo siguió como si no hubiera pasado nada. Terminó el curso, ya no pudo seguir más en el Centro. Se despidió y se acabó.
Dos años después, paseando por la calle, el profesor y Quico, se volvieron a encontrar, el chico , no había cambiado mucho, no llevaba barba, tenía poco vello en la cara, y fue él quién saludó al profesor.
El profesor, le habló como si no hubiera pasado nada. Y el chico, le contó su vida en pocos minutos. Se había independizado, vivía solo en una casa que tenían sus padres, en un barrio al norte de la capital, era una casita baja, antigua, pero suficiente para él. No tenía pareja y trabajaba en un supermercado. Se fijó que el profesor no llevaba anillo en la mano y le preguntó. El profesor le dijo que se había separado y que vivía también solo. El chico, le explicó un poco por que se desnudó ante él. Pasaba un momento que necesitaba afecto. Y se le ocurrió eso.
-- Pero, profe, ahora que somos dos personas independientes, podríamos encontrarnos otra vez, ¿no?. Si quiere, le enseño mi casa.
A veces se hacen cosas sin pensar...o no. El caso es que el profesor, le acompañó a su casa. Quizás en ese momento él también necesitaba afecto. Y el muchacho había sido muy discreto y no había comentado nada a nadie de lo que pasó cuando se presentó ante él.
Llegaron a la casita, entraron y estaba bastante calentita. Quico le dijo, que llevaba una aplicación en el móvil, que cuando salía del trabajo, encendía la calefacción de su casa a distancia. Le pasó a la habitación principal, para que se sentara en un sillón y le ofreció algo para beber. Le trajo una cerveza y se sentó frente a él.
--Tienes calor?, le dijo, tuteándole al profesor.
-- Un poco sí.
-- Quiero que veas a ver si hay algún cambio y poniéndose de pie, se quitó la camiseta. ¿Qué tal?
El cambio era notorio.
--He estado yendo al gimnasio y me ha venido muy bien, no solo físicamente. ¿Te vas a atrever ahora a tocarme?.
El profesor se acercó a Quico, y empezó por tocarle los bíceps.
-- Vaya molla que tienes? Estás duro...
Después siguió por los pectorales y el torso
-- Te gusto ahora más que cuando estaba en el insti, no? . El resto no ha cambiado mucho. Bueno sí, que ahora tengo vello. Y se bajó el pantalón. ¿Ves?.
Desde luego tenía un buen cuerpo. Y viendo la polla se veía que estaba caliente.
-- Si, ahora estás mejor. Muy atractivo.
El joven, se acercó a su profesor, que estaba de pie, y empezó a desabrocharle los botones de la camisa, sin que el profesor pusiera objeción.
Le quitó la camisa y le abrazó.
-- Esto lo había necesitado antes, pero también me viene bien ahora.
Después le abrió el cinturón y le bajó el pantalón. Esta vez llevaba un slip azul oscuro. Empezó por acariciarle a través del slip y cuando había reaccionado un poco, empezó a hacerlo con la boca, jugueteando con los dientes. Le bajó un poco el slip y cuando apareció el tronco de la polla, empezó a chuparle. Le bajó el slip y le dejó completamente desnudo delante de él. Cogió su polla con la mano y empezó a dar chupaditas cortas sobre el glande. Para terminar metiéndose todo en la boca.
El profesor empezó a excitarse, Quico se levantó y le abrazó desnudo, notándose como se juntaban sus pollas. El profesor entonces cogió su polla con la mano y empezó a masturbarle El chico notaba como su polla se ponía erecta y que estaba a punto de explotar. El profe le dijo que no iba a follar con él y el chico le dijo que él tampoco, que era virgen, pero que sólo con lo que estaban haciendo tenía suficiente.
Siguieron en la cama, hasta que estallaron en cascadas de sperma. Y se quedaron los dos tendidos, en silencio.
-- Gracias, dijo Quico.
--Gracias por qué, contestó el profesor.
-- Ha sido genial.
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