Bill durmió como hacía tiempo que no lo hacía, limpio, caliente, tranquilo, pensó que haría lo que fuera por seguir así. A las 9, apareció Elder. La habitación no tenía puerta y desde el umbral, le llamó suavemente. Bill le dijo que ya estaba despierto y le animó a pasar. Elder, se sentó en su cama y con mucho cariño, le preguntó que tal había dormido. No le rozó en ningún momento. Le dejó en una silla su ropa, que se la habían lavado, secado y planchado y estaba limpia.
Levántate y vístete para desayunar. Le esperó y bajó con el a una habitación donde estaba servido su desayuno.
Cuando terminó. Elder se sentó a su lado y poniendo su brazo sobre sus hombros, empezó a hablarle. Con un tono suave, calmado. Mira Bill, nosotros somos una organización que recogemos chicos jóvenes de la calle, y les adiestramos para que luego se vayan a trabajar como "chicos de compañía" más o menos de un señor que les adquiere. Entonces es lo que tienes que decidir.
¿Quieres seguir este camino y qué te formemos?¿O prefieres volver a la calle?.
Y en qué consiste esa formación?- preguntó Bill.
Mira, conmigo vas a estar unos días, yo te acariciaré, te tocaré por todo el cuerpo, sí por tu miembro también, y al final, te pediré que tú me correspondas igual. Estarás en otra zona de la casa, con otros chicos igual que tú. Aquí nadie se pelea, todo el mundo se respeta.
Así qué, decide...
Elder, lo que sea antes de volver a la calle.
Te diré que todo el mundo te tratará con respeto y con cariño. No siempre estarás conmigo. Hay otros Maestros que conocerás, y te harán lo mismo que yo. Así que decide.
Sí. Elder.
Todos los días después del desayuno, vendrás conmigo a una sala dónde empezará tu aprendizaje. El resto del día, tendrás que ir al Gimnasio a modelar tu cuerpo y apuntarte a varios talleres para que estés ocupado.
Así que acompáñame. Siéntate ahí.
Elder se colocó detrás de él. Y empezó a acariciarle el cuello, y la cara suavemente, varias veces. Su mano pasó sobre su camiseta por sus tetillas y su cuello varias veces, muy suavemente. Bill acabó apoyando su cabeza sobre sus hombros. Estaba necesitado de cariño. Elder siguió con sus suaves caricias, bajando hasta el ombligo. Cuando llegó allí le miró a Bill y le pidió si se podía quitar la camiseta.
Bill se la quitó. Elder volvió a acariciarle de nuevo, por los mismos sitios, esta vez sin camiseta. A Bill le estaba gustando aunque imaginaba, que no sería siempre así. Elder, siguió bajando con la mano, y le dijo suavemente que iba a continuar bajando. A Bill le daba un poco de vergüenza, pero fue tan suave, que incluso le gustó. Le desabrochó el pantalón y le bajó un poco la cremallera.
De vez en cuando le acariciaba la cara y Bill, a veces tenía ganas de abrazarle, pero se contuvo.
Todo bien?. Le preguntó Elder.
Sí-dijo Bill. Sigue.
Elder puso su mano sobre su miembro. Bill hizo un movimiento automático como de irse para atrás, pero lo corrigió.
Sigue, Elder.
Elder, volvió a coger su miembro y a apretarlo suavemente. Apretando y aflojando. Luego le pidió a Bill que se quitara el pantalón.
Estás cohibido, por estar así conmigo?. Dijo Elder.
No, le respondió Bill.
Y siguió acariciándole, ahora ya por todo el cuerpo, y acercando su cara contra la del chico.
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