Yo, hago nudismo. Me gusta estar desnudo, dejando que el Sol, el aire y el agua, me abracen todo el cuerpo. Y además no me importa estar delante de los demás. No me considero exhibicionista, no voy exhibiéndome cuando hay otras personas, simplemente, llego a una playa, pongo una toalla, me quito todo y me pongo a tomar el Sol.
Tengo un trabajo, en el que tengo una semana libre aleatoriamente, y entonces, cojo el coche y me vengo a la Cala de los Muertos en Almería. Una Cala, en principio nudista, cada vez más ocupada por gente con bañador. Pero aún así, en la parte derecha de la Cala, cerca de las rocas estoy muy bien. Por tener vacaciones fuera de los días establecidos para todo el mundo y por el hecho de ser nudista, no tengo amigos que puedan venir conmigo. Pero no importa, me traigo un par de libros y ya está.
Y este año, me dieron unos días en mayo, que ya hace calorcito por aquí, y me bajé, que luego en verano, hay demasiada gente y hace más calor.
Llegué puse la toalla, me desnudé, guardé la ropa en mi mochila y me senté, recostado en mis brazos.
Después me estiré para tomar el Sol. Flexioné mi pierna derecha. Y me quedé así....hasta que un rato después, apareció un joven, más o menos de mi edad, de cuerpo normal, y dirigiéndose a mí, me preguntó:
-- Te importa si me siento a tu lado?
Le miré, a través de mis gafas de Sol, respondiéndole, que no había problema.
Y empezó diciéndome, que vivía en Almería, pero que trabajaba en Carboneras y que cuando terminaba se venía a tomar el Sol, pero , claro, siempre venía solo.
Entablamos una conversación sobre el hecho de ir solos a los sitios. Me incorporé un poco para darme crema por la espalda o por donde llegara y este chico que me dijo que se llamaba Álvaro, me sugirió, si quería que le diera crema. Como había sido muy correcto, hasta el momento, le dije que sí. Y me tumbé boca abajo en la toalla. Tenía las manos calientes y me dio crema, por la espalda, las piernas por detrás, y le dije que si quería hacerlo por las nalgas, que también podía.
Después me pidió que se lo hiciera a él. Realmente, teníamos muchas cosas en común, éramos altos, yo un poco más que él, pelo negro, no íbamos al gimnasio, pero éramos delgados, teníamos un miembro, normal, la única diferencia es que yo tenía circuncisión y él no. En el pecho no teníamos vello. En las piernas, un poco. Y él , también en los brazos. Yo tengo poco en los brazos, pero tengo muchos pelos claros y se nota menos. Y él tenía arreglado el vello del pubis, la verdad es que me gustó como lo llevaba, porque yo de vez en cuando me lo corto bastante.
Sacó unas cervezas que llevaba en la mochila. Y estuvimos muy a gusto. Entramos juntos a bañarnos. y fue una tarde bastante agradable. Después del baño. nos dimos otra sesión de crema, esta vez por delante. Yo le veía con ganas de hacerlo y le di pie, y como veía que me rodeaba el pene, le dije que si quería hacerlo integral, no había problema.
Pero mi miembro reaccionó al roce, poniéndose duro. Y el suyo, también. Nos reímos.
El Sol, empezaba a caer, yo estaba alojado en Mojácar, playa, y me preparé para irme.
Álvaro, me preguntó, si iba a venir mañana, y le contesté afirmativamente, le pregunté si había alguna otra Cala, menos frecuentada. Y me dijo que aparcara en Carboneras y que le esperara, en un quiosco de la playa, que luego iríamos en su coche. Pues genial, me había caído muy bien.
Al día siguiente, nos encontramos dónde él me había dicho y llegó puntual, me saludó y nos subimos en el coche. Verás me dijo, te voy a llevar a una cala pequeña, es por una pista, no está asfaltada la carretera y claro sólo la conocemos los de aquí. No suele haber nadie o como mucho dos o tres personas.
Cogimos la carretera dirección Mojácar y enseguida, la dejó y se metió por una pista, hasta una pequeña playa, no había nadie, cuando llegamos allí. Extendimos las toallas, nos desnudamos y nos fuimos al agua. Nos bañamos, jugamos, nos dimos crema por todo el cuerpo, no habíamos hablado de nuestra orientación sexual, pero creo que lo dimos por supuesto. ¡Qué gusto! Solos allí. En un momento dado, Álvaro, me cogió la polla con la mano, y me dirigió una mirada como para ver que decía. Yo le miraba divertido y eso le animó
Me gustaba mucho. Y lo hacía con cariño. Estuvimos allí disfrutando uno del otro.
Hubiéramos ido a más, pero unas risas nos indicaron que alguien se acercaba. Un grupo de dos o tres chicos, que no esperaban vernos, pero se pusieron al otro lado. Nos fuimos a bañar, y de paso bajarnos el calentón.
Todavía nos vimos dos tardes más, y me llevó a otras playas, pero mis días se acababan y tenía que volver a Madrid.
El último día, cerca del Cabo de Gata, solos en la playa, disfrutamos los dos plenamente, follamos como locos, no queríamos que se acabara el día. no puedo explicar lo que me hizo sentir Álvaro.
Cuando ya nos sentamos y sacó unas cervezas, se apoyó en mí, y me dijo que no quería que me fuera. Yo tampoco quería. Había disfrutado en todos los sentidos, como hacia mucho tiempo. Le di mi dirección en Madrid, le dije que tenía sitio, si quería ir, un fin de semana o cuando quisiera, que vivía solo...que allí no teníamos playa, pero que podíamos estar desnudo, juntos los dos en mi casa...y me tomó la palabra.
Y , sí. Vino varias veces .
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