Paseaba por el campo y dejó un momento la mochila en un árbol, para hacer unas fotos. Cuando volvió su mochila no estaba, siguió unas huellas en la nieve, hasta que llegó a una casa, llamó a la puerta y le abrió un señor.
No sabía lo que quería, pero aceptó, en su mochila llevaba todo lo que tenía.
El hombre le desnudó completamente y le ató los brazos a un gancho. Él no opuso resistencia.
Y besándole muy cariñosamente
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