Follando con su compañero de piso

 Tanto Adrian Serdar como Denis Pletak se habían despertado esa mañana muy cachondos. Era como si hubiera algo en el ambiente que les hacía sentir más cómodos de lo normal, algo más que una amistad entre compañeros de piso. Era sábado por la mañana, sin nada que hacer nada más que monear y pasarlo bien. Los dos estaban guapísimos recién despiertos, Adrián apenas con los gayumbos puestos, desnudito de cintura para arriba marcando cuerpazo, Denis con esa camiseta de manga larga blanca ajustada y esa barbita todavía sin afeitar de varios días.

Adrian tenía algo en la boca del desayuno. Denis alargó una mano para quitárselo y con ese simple roce, con el contacto de su mano varonil y caliente sobre su rostro, comenzó todo. Tenían ganas de besarse y lo hicieron. Los rabos se les empalmaron al instante. Denis se desnudo y se quedó sentado sobre la silla de la cocina. Adrián pasó por debajo de la mesa y le propinó una buena mamada.

Recorrieron cada rincón de la cocina buscándose mutuamente, sacándose lustre a las hermosas y gordas vergas que tenían entre las piernas. Denis terminó de lado sobre una de las sillas, abierto de piernas. Sus piernas y su culito bien peludos se habían convertido en un reclamo irresistible para el pollón de Adrián, que con su pirula bien firme y tiesa, le penetró sin condón con todas las de la ley.

Se le estaba poniendo tan dura y tan empalmada, que tuvo que inclinarse un poco para amoldar la forma de su rígido pene a la entrada de ese ano tan apretadito. Cuando Denis se puso a cuatro patas sobre la silla, una postura que le facilitó la tarea, se dio el gusto de cachearle la raja del culo con los cojones, luego sacó la polla y se le corrió encima.


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