Carlos, recordaba cuando iba al campamento.
Allí conoció a Alberto, así que se le ocurrió llamarle y quedar con él, para irse hasta la montaña y recordar el pasado. A Alberto le pareció una buena idea y, pasó con el coche a buscarle.
Cuando llegaron, aparcaron el coche y siguieron un rato a pie.
Se sentaron a recordarEl lago, cuántos recuerdos.
Vamos a buscar una tumbona y nos ponemos cómodos
Una tarde inesperada

















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