Una Tarde sorpresa

 Salí esa tarde de la Universidad, con la cabeza un poco embotada, la verdad y me pasé por casa de Edi, habíamos estado muy raros al principio de la clase, y quería ver si pasaba algo, y aclarar las cosas. A Edi, le había conocido al empezar el curso y era un chico diferente, muy especial. No se ajustaba a ningún esquema. Eso sí se follaba a la primera que le apeteciera, yo no sabía muy bien lo que era, pues a mí la verdad es que me tenía pilladísimo. No tenía problema en aparecer desnudo, como la primera vez que vine a su casa a por mi mochila, que me la había dejado en el Patio y me dijeron que se la había llevado él. Llegué a su casa y el ,no sé si llamarlo mayordomo, me abrió la puerta y me pasó a su cuarto. Mientras le esperaba, me puse a mirar por la ventana que daba a la piscina y allí estaba él, tomando el sol desnudo. Cuando el empleado, le avisó, se levantó sin vestirse, a darme la mochila. Era delgado, y tenía un buen pollón. De una manera natural, sin preocuparse por estar desnudo, me acercó la mochila y nos despedimos. No pude dejar de pensar en su polla.

En clase. no sabía muy bien cuales eran sus tendencias. En la fiesta de la semana pasada, le encontré tumbado en el sofá, durmiendo, me acerqué despacio y le besé en los labios. Abrió los ojos y sin inmutarse, me dijo: A tí te gustan los hombres, eh? Ya hablaremos tu y yo.

No se molestó ni dejó nada a translucir, así que me excitaba todavía más, su indefinición.

Llamé a la puerta y esta vez abrió su madre. Me hizo esperar en una salita y llamó a su hijo. Edi entró, y de alguna forma se asombró de mi llegada. Se sentó en el sofá y yo me senté frente a él. Le dije que me había quedado mal por la mañana, y quería saber si yo le había molestado o algo. Se rió, con ganas. Y me dijo que no. Que a lo mejor le había visto un poco raro. La noche antes se había muerto su perro. Y se había sentido muy solo. Me dijo que estaba con un amigo, que se estaba bañando en la piscina, el sin embargo, estaba vestido. Cuando estábamos en esta conversación, entró el amigo, mojado y totalmente desnudo, buscando una toalla,







 Edi le enseñó una en la silla y empezó a secarse, sin taparse la polla. Después de secarse un poco se sentó en el brazo del sillón. Edi, le cogió la polla y le explicó el motivo de mi visita y siguió hablando como si nada. Si ya estaba confuso, con esta actitud, todavía lo estuve más. Me hubiera gustado comerle la polla o lanzarme con los dos. 

Yo creo que Edi, disfrutaba con mi confusión. Un momento después, el amigo, se puso detrás de mi. Te encuentro tenso, me dijo. Y empezó dándome un masaje por las cervicales. Su polla de vez en cuando resbalaba por mi mandíbula. Edi, estaba sonriendo, y disfrutando de mi asombro.


¿Quieres que te quite la camisa?, dijo el masajeador. Le dije que sí, pero a mi me apetecía arrancársela a Edi, me desabrochó despacio los botones y bajó las manos por mi pecho, desde los hombros hasta la cintura, excitándome aún más, notando como mi polla, se endurecía. El amigo seguía sobándome. Me relajaba y excitaba a la vez. cuando llegaban sus manos a la cintura, no se contentaba con llegar hasta allí, sino que se introducían ligeramente en mi slip. estaba rozando el Paraíso. Edi, se levantó y se quitó también la camisa y se soltó al pantalón.  su amigo le hizo sentarse a mi lado en el sofá. Me quitó también el botón del pantalón. El amigo masajeador, dijo, que ahora, nos lo haría a los dos a la vez. Y nos cogió la polla a los dos, por dentro del pantalón.


¿Qué te parece mi amigo Marc? dijo Edi. Me dejas sin palabras Ed.

Nos masturbaba, yo había necesitado besarme con alguien, pero allí no  lo hacían. Yo ya jadeaba y veía de reojo a Edi. Su amigo, se puso por delante de nosotros, dispuesto a seguir.


Edi, me dijo que si no quería acabar desnudo o follado por su amigo, que me podía marchar. Aunque yo quería follar con Edi, él no se significaba, así que le dije que me quedaba. Él se sonrió.



Su amigo nos bajó los pantalones a los dos y el slip. Y empezó a comernos la polla de forma alternativa.



 Él tío lo hacía de puta madre. En un momento dado, soltó a Edi y empezó a acariciarme el ano, Edi se fue a la piscina y Marc, se puso un condón y se preparó a penetrarme. Era un experto. 







Cuando terminamos, acabamos los tres en la piscina, desnudos.

Edi, me animó a que me quedara un rato más y tomar unos pinchos.

Y así, desnudos los tres, merendamos.

Edi, estaba como si todo hubiera sido normal. Yo, no sabía realmente en que cielo estaba.

Después nos despedimos.

Al día siguiente en la Universidad, no hizo ningún comentario.

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