Después de unos días de perros, trabajando a destajo, llegó el viernes y entré en casa, ya caído el sol, con ganas de meterme en la ducha y relajarme. Pero mi sorpresa fue mayúscula. Cuando metí la llave en la puerta, me abrieron desde dentro. Era Martin, mi vecino, sin camiseta y con los jeans desabrochados, mostrándome su musculado torso y su incipiente vello bajo el ombligo.
Solté la cartera en el suelo, y la chaqueta y se me olvidó todo con él. Sus veintiséis años eran suficientes para mí. Después de abrazarme y besarme, se bajó un poco el patalón para mostrarme su polla, siempre preparada
Yo me dejé hacer, me quitó suavemente la corbata y la camisa, el pantalón y el slip, y él también se quedó desnudo
invitándome a jugar
No había por que resistirse a esa invitación
Enseguida se lanzó a comerme mis encantos
y yo pasé a corresponderle
Con un chico tan joven siempre da gusto estar, y con tantas ganas de estar contigo más
¿Quién se quedaba después así?
Solté la cartera en el suelo, y la chaqueta y se me olvidó todo con él. Sus veintiséis años eran suficientes para mí. Después de abrazarme y besarme, se bajó un poco el patalón para mostrarme su polla, siempre preparada
Yo me dejé hacer, me quitó suavemente la corbata y la camisa, el pantalón y el slip, y él también se quedó desnudo
invitándome a jugar
No había por que resistirse a esa invitación
Enseguida se lanzó a comerme mis encantos
y yo pasé a corresponderle
Con un chico tan joven siempre da gusto estar, y con tantas ganas de estar contigo más
¿Quién se quedaba después así?
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