Llamé a la puerta. Qué difícil es esto de repartir paquetes por las casas. Te arriesgas a muchas cosas. Lo normal es que te abra gente mayor, pero también tías con la toalla enrollada o tíos medio vestidos e incluso desnudos.
Yo que soy joven y con buen cuerpo, me he visto más de una vez en serios apuros. Depende lo agresivo que sea el que recibe el paquete. Ayer sin ir más lejos.
Llamé a la puerta y al poco rato me abrieron.
D. Martín Sánchez?
Me abrió un tío joven, castaño, a torso descubierto, ligeramente musculado, con algún pelillo por el pecho y ombligo, pelo corto, barba y una mirada curiosa.
Si soy yo, pasa. Y cerró la puerta tras de mí.
Venía a traer este paquete.
Déjalo ahí. Voy por un bolígrafo.
Pero no iba por un boli.
¿Tienes prisa? Me quedan tres paquetes por entregar.
Y se acercó a mí, rozando con sus dedos la manga de mi camiseta.
El tío me gustaba, y la verdad, no me importaría verle desnudo, pero parece que él tenía más ganas que yo.
Estiró mi camiseta hasta dejar visible mi tetilla. Mmmm que rica y empezó a chuparme y a morderme.
Pronto acabé echado en el sofá, con la camisa abierta y sintiendo sus manos en mi pecho.
Y con la otra mano, se había bajado el pantalón y estaba mostrándome, que andaba sobrado de rabo
Este no se detenía, tenía prisa
Estaba ya casi a tope de excitado
¿Te gusta?, me dijo. Me gustas tú
Fue muy agradable. Volveré aunque no tenga que traer ningún paquete
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