Mi trabajo en la Oficina.

 Hola, me llamo J. tengo 24 años , estoy casado y estoy bien físicamente. Soy informático y me presenté a una oferta de trabajo en la importante empresa GRLM&TR de nuestra ciudad. Sólo había 5 plazas, nos hicieron un test y tras esa selección, pusieron un listado en la administración. Yo quedé el sexto, y por lo tanto no conseguí la plaza. Pero, había una nota, diciendo que nos presentásemos los seis primeros al día siguiente en Dirección. 

Esa noche dormí poco, pero no sabía para que me convocaban, si sería de reserva, o para que circunstancias. Allí estábamos los seis por la mañana, cuando apareció una secretaria, y nombró a los cinco primeros, para que le acompañaran a su puesto de trabajo. Después , pasó otra secretaría por dónde estaba yo, y le pregunté paran que me habían llamado. Ella no sabía, pero me dijo que el Director me llamaría enseguida. Al rato vinieron dos de los que habían quedado los primeros y me contaron sobre el puesto que les habían dado, el sueldo que les ofrecían, que no estaba mal para empezar, pues decían que sobre 2400€ y que todo bien. Tampoco sabían para que estaba yo allí. Ni lo sabían dentro de la Oficina. Se fueron y me volví a quedar sólo.

Pasó otra secretaria y me ofreció un café para la espera. Lo tomé despacio, sentado en aquella sala, esperando al Director. No tardó mucho en abrirse la puerta y apareció un señor, como de unos 50 años, delgado, el pelo un poco canoso y con un traje azul.

Me ofreció la mano y se disculpó por la tardanza, pasé y cerró la puerta con llave. No me pareció muy normal. 

Me hizo sentar en un sillón, frente a su mesa y tomó asiento. Mire Vd. , me dijo, sé que no entenderá porque le dije que se quedara. Realmente, las plazas están ocupadas y no necesitamos a nadie más, pero a la vista de sus conocimientos y de su físico, he decidido contratarle, si a usted no le importa, que aparte de descargar trabajo a los demás, tenga usted una actividad más estrecha conmigo o mis visitantes.

No sabía muy bien a que atenerme. Me ofreció, si aceptaba su propuesta, un sueldo de 3.500€ mensuales. Esto, acabó de descolocarme. 

Veo que tiene calor, me dijo, quítese por favor la chaqueta, así lo hice, llevaba una camisa blanca bastante fina y se adivinaba un poco la musculatura del pecho y como los brazos, se marcaban en las mangas.

Supone ya lo que le ofrezco? Se levantó y se acercó a mí, demasiado cerca. Yo estaba totalmente absorto. En shock. Y dijo, ¿puedo?

Qué? le contesté.

Empezó a desabrocharme la camisa, y yo le dije que es lo que hacía, hombre, si le voy a pagar el 50% más que a sus compañeros, es que quiero otra cosa además. Tiene usted unos pectorales de envidia. Yo le dije que no sabía si estaba preparado para eso. Y que además estaba casado.

Mire Vd J. me dijo, yo quiero, que cuando le necesite, venga vd, se desnude o le desnude yo. Me deje tocarle la poya o chupársela, acariciarle, y que si viene algún cliente mío, se deje también. Nadie le va a penetrar. No somos gays. 



No salía de mi asombro.

Háblelo Vd con su mujer y venga mañana a las ocho AM.

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