Ilusiones e Incógnitas (1)

Fran estaba en el Aeropuerto, estaba esperando su vuelo a Berlín. Hacía tanto tiempo que no veía a Valentín...Habían convivido unos años atrás en un Erasmus en Londres. Valentín era Francés, pero trabajaba en Berlín. En aquella casa londinense, recordaba Fran, estaban 5 chicos. A él le tocó compartir habitación con Valentin, no le conocía de antes, pero enseguida, había una complicidad entre ellos, y se llevaban genial, sin problemas. Fran y él, cuando estaban en su habitación, normalmente estaban en bóxer, sin ningún problema. Fran es gay, y enseguida, cuando está bien con otro chico, se encariña. En los dos cursos que estuvieron de Erasmus, se llevaban muy bien, llegando a ducharse juntos, si se les hacía tarde. Aunque no hubo nada íntimo entre ellos, Fran estaba deseando reencontrarse con él, por eso cuando recibió la llamada de su amigo invitándole a Berlín, no se lo pensó dos veces.

             Subió al avión y seguía recordando los buenos momentos que pasaron, tenían 22 años y la experiencia londinense, fue muy positiva para ellos, perfeccionaron su inglés y convivieron mucho en aquella casa. Valentín le había hablado que vivía en un Estudio, pequeño pero suficiente para él. Un pequeño comedor - cocina, un cuarto de baño y una habitación, que era toda cama. Y tendrían que compartirla. Fran estaba ilusionado, por ello. Con todos estos recuerdos, llegaba a Berlín. 

              Cuando salió del avión, conectó el teléfono móvil y tenía un mensaje de Valentín, diciéndole en que salida estaba. Como viajaba con equipaje de mano, no tardó mucho en salir donde le estaba esperando su amigo, que en cuánto le vio, empezó a mover las manos, llegó por fin dónde estaba y se dieron un fuerte abrazo. Y cogido por el hombro, se acercaron al aparcamiento. Valentín estaba más delgado, que cuando convivieron, tenían 25 años, y se conoce que la vida en Alemania, era más difícil. 

               Tomaron la autopista, hasta un barrio no muy alejado del aeropuerto, hasta un edificio de cuatro plantas, que era todo de Apartamentos. Valentín le comentó que vivía un poco lejos del centro, por los precios, pero que tenía un tranvía que llegaba más al centro. Pidieron comida preparada y cenaron. La casa estaba muy caliente, y Valentín, le invitó a quitarse la camiseta, cómo cuando eran estudiantes. Se notaba que Valentín estaba más musculado, le confirmó que iba al gimnasio regularmente, por que así hacía amigos, ya que él no conocía a demasiada gente y  no tenía problemas con el alemán. Un rato después de cenar, viendo Valentín que Fran estaba cansado, le animó a irse a la cama, así que se repartieron lado. Y se acostaron así en bóxer.



 Valentín, se puso muy al borde de la cama y quedaba un gran hueco entre ellos. A Fran, le hubiera gustado que se pusiera más al centro. Estaba cansado, se durmió enseguida. A media noche se despertó y Valentín tenía puesta la rodilla sobre su polla. No le importó, pero pensaba que tenía que haberlo hecho a posta, ya que era una postura un poco incómoda. Una postura más normal, habría sido tener su muslo en el suyo. Cerró los ojos y no se movió.

               No hubo ningún contacto más, ni se habló del tema. Fran estaba confuso. Esa mañana después de desayunar,



 Valentín le dijo que tenía una sorpresa para él. Había reservado en un lago cercano, una hora de kayak, así que le dejó un bañador y cogieron el coche hasta el lago. Estuvieron navegando y charlando de sus recuerdos.



 Tomaron un poco el sol. Se dieron crema por la espalda mutuamente, para evitar quemarse, y poco más. Fran estaba un poco desilusionado, esperaba haber estado más cerca, pero parece que el único interesado en su compañero era él.-



              Comieron en un quiosco, que había en la zona y ya por la tarde, regresaron al Apartamento. Por la tarde, dieron una vuelta por Berlín.-

               Su avión de vuelta, salía a las 4 de la tarde, así que estuvieron charlando y descansando. Le acercó al aeropuerto y cuando llegó la hora de despedirse, Valentín, casi ni le dirigió la palabra. Él esperaba un abrazo como el de la llegada y fue de lo más frío que podía haber. Un hasta la vista y le dio la mano, sin efusividad. ¿Qué había pasado?. Entró en la Sala de Embarque y no podía dejar de dar vueltas, la frialdad de la despedida.

               Todo el viaje de vuelta, fue pensando, si es que él esperaba más del encuentro, O si esperaba que le hubiera besado o comentado lo de la rodilla, a lo mejor tenía que haberme acostado desnudo o duchado desnudo...pero si él quería más porque no dio ningún paso. Por qué en el kayac estaba todo bien y al levantarnos también. Porque la despedida fue así, que casi ni le habló. 

              Total que llegó con la cabeza como un bombo sin saber que había pasado. Le mandó un whatsapp diciéndole que había llegado y Valentin, tardó más de tres días en contestarle con un simple OK.

               Un amigo le decía que era muy enamoradizo,. También le decía, que podía haberse acostado desnudo, o haberle tocado la rodilla cuando se la puso encima. A lo mejor cuando le dio crema en la espalda en el kayac, podía haberse puesto un poco cariñoso a ver. 

               Pero él decía, que si no le gustaba o no era gay, podía enfadarse. En fin todo incógnitas.-

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